El fotógrafo de guerra no solo tiene la misión de retratar la realidad de un conflicto, sino que, al mismo tiempo, está allí para comunicar a través de sus imágenes el impactó que éste tiene en la sociedad, cómo afecta a la población civil, la cultura, la economía, la política, en resumen, la vida diaria de un país.
Robert Capa, fotógrafo de guerra, alguna vez expresó muy bien lo que significa ejercer esta labor: “Estar en el lugar adecuado en el momento oportuno”. Esa idea se ve reflejada en la mayoría de sus fotografías que logran describir momentos críticos de la historia, por ejemplo, los soldados combatiendo en el terreno, las familias desplazadas por la guerra, la destrucción como telón de fondo, los rostros de dolor de las victimas, los vivos llorando a los muertos.
Pero, ¿qué se necesita para ser un fotógrafo de guerra?, además de vocación, valor y coraje, se requiere sensibilidad, querer narrar por medio de tu lente lo que nadie más se atreve a contar, disponer de dinero para los gastos del viaje y hospedaje en el lugar o si precisas de un patrocinio para poder realizar tu trabajo, entonces una buena opción es introducirte en un batallón de un ejército y capturar imágenes por encargo para un medio de comunicación o agencia de noticias.
Aunque no existen fórmulas para convertirte en un reconocido fotógrafo de guerra como Robert Capa, Eddie Adams o Gerda Taro, entre muchos otros, si podemos recomendarte algunas claves generales para enfrentar los retos que se te presenten en el trabajo de campo.
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¿Cómo ser fotógrafo de guerra?: claves para ejercer esta vocación
1. Sensibilidad y ética profesional
Ser un fotoperiodista de guerra implica grandes retos como enfrentar el miedo al fuego cruzado, las explosiones, los actores armados que intervienen en el conflicto, el rostro de las víctimas que en su gran mayoría son civiles: familias conformadas por hombres, mujeres, ancianos y niños.
Contar la verdad desde una perspectiva ética y responsable, sin caer en el amarillismo o falta de objetividad, retratando cada instante con la mirada de un artista y la imparcialidad de un buen periodista.
2. Protección física y fortaleza mental
Antes de estar en el terreno de combate, al igual que un soldado, si viajas incrustado en un batallón o independiente recuerda llevar contigo todo el equipo de protección para tu vida como un casco, un chaleco antibalas y tu identificación como corresponsal de guerra.
Aunque portar tus documentos de identificación no te eximen de posibles ataques, estos respaldan el trabajo que te encuentras realizando allí y, en algunas oportunidades, pueden facilitarte el acceso a ciertos lugares o incluso personas.
Por otro lado, debes ser consciente que al estar presente en el escenario del conflicto te convertirás con tu cámara en un testigo más de los hechos y jugarás un papel esencial para registrar con objetividad la realidad, la verdad que conformará parte de la historia.
Deberás ser fuerte mentalmente porque estarás expuesto a situaciones muy dolorosas e impactantes que seguro desearás olvidar, pero que es preciso registres para que el resto del mundo se entere, comprenda lo que sucede y movilice a las sociedades y gobiernos para cambiar la historia.
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3. El fotógrafo de guerra es temerario, aunque centrado
Si está en tus venas y es tu pasión, recuerda enfocarte en tu objetivo principal que es retratar los hechos, conservando un equilibrio entre la audacia y ser precavido, porque ninguna fotografía vale más que tu propia vida.
Para lograr tus objetivos es importante que te concentres en tu trabajo y recurras a todas tus habilidades técnicas, por ejemplo, realiza varias tomas a los lugares, sucesos, hechos y personajes para que después puedas hacer la mejor selección porque en el terreno de guerra no queda mucho espacio ni tiempo para elegir la mejor iluminación, ángulo, encuadre o composición.
4. Un fotógrafo de guerra debe contar con formación y experiencia
Ideal si tienes conocimientos en fotoperiodismo que te permitan investigar e identificar cuál es el lugar y el momento más oportuno, asimismo, debes capturar fotografías de forma rápida y veraz.
Por otro lado, es esencial que cuentes con una buena condición física que te facilite correr o desplazarse velozmente para proteger tu vida cuando esta se encuentre en riesgo, y al mismo tiempo realizar las mejores tomas, desde los lugares más remotos hasta los más cercanos a los sucesos.
La misión del fotógrafo de guerra, tan importante como su vida
Aunque parezca increíble existen profesionales en el periodismo y la fotografía que diariamente arriesgan su vida para mantener informados a los espectadores de lo que ocurre en la realidad.
Muchos de ellos anónimos y otros más reconocidos, registran y denuncian mediante sus cámaras, grabadoras y escritos la verdad que expone crímenes de guerra, gobiernos corruptos, actores armados que violan derechos humanos y buscan debilitar las democracias para acabar con la libertad.
Hoy más que nunca, cuando en pleno siglo XXI el mundo es nuevamente testigo de otra guerra entre Rusia y Ucrania, el rol del fotógrafo de guerra sigue conservando su relevancia, sus imágenes pasarán a la historia como siempre, como registro y evidencia de lo que es capaz de hacer la intolerancia y crueldad humana.
¿Y tú has tenido experiencia como corresponsal o fotógrafo de guerra?, ¿qué opinas sobre esta arriesgada profesión? Comparte tus comentarios.
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Comunicadora en Lenguajes Audiovisuales egresada de la Universidad de Medellín. Con experiencia en periodismo escrito y alternativo. Una apasionada del periodismo, la literatura, la comunicación digital, las redes sociales y la fotografía. Actualmente me desempeño como periodista y comunicadora digital.